Fallecimiento del papa Francisco – Comunicado de monseñor Jean-Marc Micas, obispo de Tarbes y Lourdes
En este santo día de Pascua, segundo de la octava, y en pleno año jubilar de la Esperanza, hemos recibido la noticia de la partida hacia el Padre de su servidor, nuestro querido papa Francisco. En nombre de todos los fieles de la Iglesia católica de la diócesis de Tarbes y Lourdes, me gustaría expresar nuestra emoción, agradecimiento y oración.
Emoción, porque la muerte, que todos conoceremos algún día, nos separa de la visión y la proximidad física de aquellos a quienes amamos. Dios no se complace en la muerte que hiere nuestro corazón. Francisco fue un padre para los católicos y, sin duda, mucho más que eso. Su muerte nos conmueve y entristece.
Agradecimiento, porque dijo «sí» a la confianza que los cardenales, inspirados por Dios, depositaron en él a la hora de suceder al apóstol Pedro. Agradecimiento, porque, al igual que sus predecesores, fue el papa que el mundo necesitaba, en el momento oportuno. Agradecimiento sincero por su ministerio, centrado en el Evangelio, vivido con libertad y contrario a las mundanidades y los compromisos políticos. Agradecimiento por su enseñanza, por las reformas imprescindibles que impulsó en la Iglesia y por su valentía en la toma de decisiones. Agradecimiento personal por la confianza que depositó en mí al nombrarme obispo de Tarbes y Lourdes, así como por la calidez compartida en nuestros encuentros. El papa amaba Lourdes y no dejaba de usar el agua de la Gruta cada día, con confianza y profunda devoción.
Oración, finalmente, para que Dios le manifieste su misericordia y lo acoja consigo. Oración, a su vez, por aquel que deba sucederle. Oración por la Iglesia renovada en este tiempo pascual. Oración de esperanza por la vida, más fuerte que la muerte, y por la alegría del Evangelio, que siempre prevalece.
El Señor vela por su Iglesia y la misión que le ha confiado. ¡Cristo ha resucitado! ¡Ha resucitado de verdad! ¡Aleluya!
Mgr Jean-Marc Micas

